El yoga visual es bueno para tu cerebro

Y eso es porque lo usamos para ver

Lo ojos también son importantes, es evidente, en ellos (en la retina) se forman las imágenes pero esto solo es el principio del acto de ver.

Las retinas convierten esas imágenes en señales que viajan al cerebro donde se procesan, esto es ampliamente conocido, lo que algunas personas desconocen es que se considera que la retina ( que está formada en su mayor parte por neuronas) se considera parte del sistema nervioso central

Y ese proceso desde la entrada sensorial de la información a través de la retina hasta su análisis en la zona del cerebro que gestiona la visión, la corteza visual (cerca de la nuca) es más complejo de lo que pensamos

Sirva como ejemplo de esa complejidad el proceso de la binocularidad que se intenta resumir en esta imagen.

¿Te parece complicado?

Pues a eso hay que añadir el coordinar los seis músculos de cada uno de los dos ojos para que trabajen en equipo y la imagen se forme justo donde se tiene que formar, en una pequeñísima porción de la retina.

Y esto también lo gestiona tu cerebro de forma inconsciente

Un error muy frecuente cuando queremos mejorar nuestra visión es centrarnos solo en los globos oculares

Cuando abusamos de nuestra vista, por ejemplo con móviles y otro tipo de pantallas, con un poquito de suerte, somos capaces de darnos cuenta del esfuerzo que eso supone para nuestros ojos

Pero solemos olvidar todo el esfuerzo que imponemos a nuestro cerebro

Y esto es por muchísimos motivos, por ejemplo la cantidad ingente de información que llega al cerebro que descarta lo que no necesitamos, que accede a los archivos de la memoria para reconocer el objeto observado, que interpreta, procesa, coordina, reconoce distancias, colores, formas y mucho más

El YOGA VISUAL tiene esto en cuenta y es uno de los motivos por los que es tan EFECTIVO como RELAJANTE

Por eso al terminar una sesión de yoga sentimos que hemos descansado a diferentes niveles.

A nivel superficial, sentimos los ojos más húmedos, los parpados más frescos, los músculos relajados, la respiración más libre .

A nivel más profundo pero todavía consciente sentimos la mente más tranquila y a veces un estado emocional más calmado.

A nivel inconsciente y aunque no siempre seamos capaces e percibirlo el cerebro también se ha beneficiado de la practica. Alguna de mis alumnas comenta que le han disminuido los dolores de cabeza, aunque si hay algún estudio científico que lo corrobore yo no lo conozco.

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