Liberar el nudo de la garganta

Podemos tener un gran nudo en la garganta, de esos que no te dejan hablar y casi ni respirar. Pero también hay nudos más discretos, que se nos quedan enganchados casi sin que nos demos cuenta. Esta lección es válida para ambos tipos.

Prefiero la expresión «se me pone un nudo» a «tengo un nudo», que se parece mucho a expresiones del tipo «tengo los ojos castaños» y dan la sensación de que es para toda la vida. También es bueno incluir la idea de temporalidad por ejemplo «hoy siento un nudo», invita a pensar que quizás mañana no lo sientas..

Ese nudo probablemente tenga que ver con emociones difíciles o dolorosas

Según Vicente Simón en su libro «Aprender a practicar mindfulness»:

«Todas las emociones tienen una razón de ser, en el fondo positiva. Existen para tratar de resolver problemas, no para crearlos. Si frecuentemente nos hacen sufrir es porque les oponemos resistencia y no sabemos manejarlas con habilidad»

Encerrarlas donde no molesten e intentar olvidarnos de ellas, también es una forma de resistencia.

Y además, casi siempre terminan aflorando, y no siempre en el momento más oportuno…

Lo que propone el mindfulness es tomar consciencia de las emociones, aceptarlas y concederte un espacio amoroso para vivirlas con autocompasíón

Y por último, cuando llegue el momento:

soltarlas

Una técnica muy efectiva para poner en practica lo anterior es: «ABLANDAR, TRANQUILIZAR Y PERMITIR»

Es una técnica de mindfulness, recogida en el libro antes mencionado «Aprender a practicar mindfulness» del catedrático en de psicobiología y medico psiquiatra Vicente Simón.